Desde los primeros tiempos, el arte ha servido como herramienta para manifestar el interés por el entorno y por los fenómenos que rodean al ser humano. Los primeros motivos fueron la naturaleza circundante, los animales salvajes que habitaban cerca de los primeros pobladores, la caza y las actividades diarias de los clanes.
Sin embargo, con el paso de los siglos, la incorporación del realismo al arte rupestre y la interpretación de dioses paganos, abarcó todas las manifestaciones artísticas, desde el arte pictórico y escultórico, hasta la música.
La representación de la belleza femenina en las diferentes manifestaciones del arte, ha sufrido importantes cambios a través de los siglos.
El arte griego, por un lado, solía representar a la mujer como un ser divino, del cual emanaban las fuerzas de la naturaleza, el origen de la vida. Sin ir más lejos, la Venus de Miloy la Afrodita de Cnido, son claros ejemplos de este concepto.
Con la llegada del cristianismo al Imperio Romano y gran parte de Europa, la representación femenina dio paso a la representación de la virgen como motivo ideal de mujer, la madre del salvador, santa y pía.
Por más de 10 siglos, la representación de la mujer se basó, en gran parte, en esta idea de la belleza femenina, sin dar espacio a su atractivos terrenales y mundanos. Solo con la llegada del Renacimiento, los pintores comenzarían a representar mujeres reales, en entornos reales. Un buen ejemplo de esto es la Gioconda de Leonardo da Vinci.
En los siglos venideros, la representación femenina ganó espacio natural, siendo parte activa de las pinturas sucesivas y como motivo de la música de la época.
Hoy por hoy, los artistas pop y contemporáneos retratan toda clase de mujeres, en toda clase de situaciones y contextos. Los primeros han representado féminas famosas, delgadas y obesas, mujeres con implantes como los de Motiva, actrices y mujeres comunes.
El arte actual busca realismo. No más bellezas ideales o santas que representen un motivo, únicamente la mujer cotidiana en situaciones de la vida real. Por esto mismo, el arte ha ganado espacio entre las personas de a pie, mostrando el diario vivir, la belleza común de los mortales, siempre desde un punto de vista original y honesto.