Con el auge económico logrado por el Imperio español gracias a la llegada a América, muchas manifestaciones artísticas comenzaron a profundizarse y otras tantas a adoptarse. Con más dinero en los privados, emergieron nuevos mecenas y gente dispuesta a comprar arte como forma de hacer gala del nuevo estatus social. Esto conduciría a la aparición de nuevos e importantes artistas.
Grandes pintores caracterizaron él Barroco en España. Estos procedían de la escuela renacentista italiana de algunos años atrás, en la que el motivo y la grandilocuencia eran fundamentales. Sin embargo, esos artistas se basaron en temas religiosos debido a la fuerza de la contrarreforma impulsada por el Vaticano.
Nombres conocidos son Diego Velázquez y Francisco de Zurbarán, ambos pintores realistas del claroscuro dramático de aquellos años.
Los motivos del arte comenzaron a ser la gente común y silvestre, mendigos y gente de pueblo que encarnaba el motivo religioso. Era tiempo de ver a Cristo en los necesitados. Asimismo, la literatura, otra expresión del arte, acogería los motivos caballerescos, como es el caso de Don Quijote de la Mancha, una perfecta muestra del contexto de aquellos años.