A comienzos del siglo pasado, una explosión cultural azotó Europa, sobre todo Francia y España, que se convirtieron, en esa época, en los países vanguardistas del arte mundial. Grandes artistas españoles, pintores, músicos y literatos, emergieron entonces.
Quizá el más conocido de los pintores españoles sea Pablo Picasso, oriundo de Málaga. Este pintor fue uno de los creativos del cubismo, junto al francés Georges Braque. El español pasó del realismo al impresionismo para luego crear el cubismo, una expresión racionalista sobre el objeto y el acto pictórico. En este movimiento, los pintores buscaban hallar la forma pura del objeto tanto en color y forma.
Su forma de concebir el mundo va de la mano del estructuralismo de aquellos años y del suprematismo de los años venideros. Y este modo de pensar también se extendió al mundo del diseño, la arquitectura, e incluso la literatura.
En cuanto al surrealismo, dos grandes exponentes fueron Salvador Dalí y Joan Miró. El primero fue uno de los principales referentes de este movimiento cultural. Sus obras reflejan un mundo onírico, en el cual la realidad y el subconsciente se funden dando lugar a un nuevo mundo.
Joan Miró, por otro lado, utiliza el expresionismo abstracto mediante figuras de colores puros que dan a conocer un espacio distinto igual de rico que el subconsciente de Dalí. Utiliza trazos, líneas, puntos y zonas de color que hablan del mismo problema de la forma que el cubismo, pero con una fuerte inspiración metafísica.